CHEVRON / TÓXICO


Las consecuencias del paso de la petrolera Chevron por la Amazonía ecuatoriana permanecen como testimonio latente de su avaricia e irrespeto por la vida. En uno de los ecosistemas más sensibles y megadiversos del planeta, hogar de varios pueblos ancestrales, esta multinacional derramó durante 28 años, de manera sistemática, más de 19 millones de galones de residuos tóxicos y 17 millones de galones de crudo sobre una extensión de más de 2 millones de hectáreas. Lo hizo por una simple razón: maximizar sus beneficios.
La empresa transnacional Texaco, comprada por Chevron en el 2001, operó en el Ecuador de 1964 a 1990, Extrayendo millones barriles de petróleo sin utilizar los métodos acordados en el contrato de explotación para la preservación de la naturaleza a pesar de que los patentaba y utilizaba en los EEUU.
Ocasionó graves desastres ambientales que nunca remedió. Cuando pretendía hacerlo, sólo cubría los desechos con una capa superficial de tierra y materias orgánicas.
Demandada por ciudadanos ecuatorianos de las zonas contaminadas y condenada a pagar una indemnización, Chevron-Texaco se niega a reconocer su responsabilidad.
Vía una campaña de desprestigio internacional y procesos arbitrales, la empresa busca endosársela al Estado Ecuatoriano.











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